Canibalismo presidenciable
Por Francisco Ruiz
Actualmente, más de la mitad de las entidades federativas de nuestro país son gobernadas por el partido oficialista. Se trata de Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Puebla, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. El PAN ocupa el segundo lugar al gobernar siete de 32 estados: Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Querétaro, Tamaulipas y Yucatán. El partido tricolor (PRI) se encuentra en un lejano tercer lugar con cuatro: Coahuila, Estado de México, Hidalgo y Oaxaca. Movimiento Ciudadano (MC) gobierna dos: Jalisco y Nuevo León. Mientras, el Sol Azteca (PRD), conserva Quintana Roo; el Partido Verde mantiene San Luis Potosí, y el PES encabeza Morelos.
En las próximas semanas, habrán de renovarse seis gubernaturas y, de acuerdo con algunas casas encuestadoras, los resultados que se prevén son los siguientes: Aguascalientes y Durango para el PAN; Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas para MORENA. Lo que quiere decir que, de cumplirse los pronósticos, el blanquiazul mantendrá dos de tres gubernaturas; el PRI dos de cuatro (quedando a la par de MC), y el PRD se quedará sin ninguna. Por su parte, MORENA sumará cuatro más, logrando un total de 20 de 32 estados y dos de sus aliados.
Muy complicado el panorama para la alianza opositora, particularmente en los bastiones priistas, donde, por primera vez, conocerán la alternancia. De concretarse las tendencias, Marko Cortés reafirmará su fortaleza como oposición. En contraste, Alejandro Moreno, nuevamente entregará malas cuentas a sus correligionarios. Con eso y todo, el dirigente nacional del tricolor, desde el CEN y su curul en la Cámara de Diputados, se cree merecedor de su sueño dorado: ser candidato presidencial. Cuando menos, la porra lo saludó muy efusivamente a durante su gira en Durango, porque en su natal Campeche hasta lo desconocen, tal vez por aquello de que: “Nadie es profeta en su propia tierra”, aunque yo creo que son otros los motivos y nada favorables.
Muy activo anda el carnal Marcelo, pues también estuvo en la tierra que vio nacer a Pancho Villa este fin de semana, entre muchos otros puntos de la geografía nacional. Ya sea acompañando al embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, o pedaleando la bicicleta, pero le tira a lo que se mueve y, si no se mueve, lo patea. Días antes, el canciller también fue vitoreado por los hidalguenses, quienes lo aclamaban: “¡presidente, presidente!”. Él se dejó querer.
Y como que la actual alcaldesa de la Ciudad de México siente pasos en la azotea, dado que, luego de la visita del canciller a Hidalgo, también se trasladó al territorio de los Atlantes para exhibir el apoyo morenista. Y es que, tal parece que entre Marcelo y Claudia se han propuesto gastar nuestro erario en viajes. ¡Digo! Recorrer el país en su andar por la democracia, sin utilizar su dinero, por supuesto. ¡Ah! Eso sí, del fuero y los privilegios no prescinden, ni prescindirán.
Poco a poco se acerca el agarre, quiero decir, la competencia interna entre la jefe de Gobierno, el secretario de Relaciones Exteriores y el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, claro que, en el caso de este último, el chiste se cuenta solo. Aunque algunos lo han denominado “Darwinismo social”, y otros lo llaman “lucha por el poder”, en palabras llanas lo que se avizora para los próximos meses realmente será un canibalismo político entre los presidenciales del partido en el gobierno.
Canibalismo político: acto de alimentarse con miembros de una misma corriente ideológica y partido político, como resultado de impulsos agresivos y no controlados por el deseo de dominación.
Post scriptum: “El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla”, Enrique Tierno Galván.
* El autor es doctorando en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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