LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Benjamín M. Ramírez

ZONA DE GUERRA O CALICLES TIENE RAZÓN.

Por Benjamín M. Ramírez

Los estragos saltan a la vista.

Familias desplazadas ante la inacción de la autoridad que osa acompañarlas, en un intento vano para brindarles protección; declaraciones insulsas de que toda incidencia delictiva va a la baja, resultados pírricos que nada resuelven, feminicidios en aumento, asesinatos sumarios, miles de desaparecidos, ciudadanos que no ven una salida a la crisis de inseguridad en todo lo ancho y largo del país; estamos en plena convulsión bélica.

Ni para dónde escapar.

Por un lado, el gobierno de Nuevo León —un gobierno de likes—  y su titular —que aún juega al castillo encantado— no percibe el día a día, en el cotidiano devenir, de sus ciudadanos que despiertan con el reporte de la alta ola de ejecuciones en el estado. Por otro lado, el gobernador de Veracruz recomienda a sus ciudadanos, para acabar con la extorsión, colgar el teléfono.

Ilustrada recomendación recibida en el oráculo de Delfos, iluminación divina, intuición angelical, la del gobernador veracruzano que tampoco alcanza a calcular la dimensión, ni siquiera elucidar la preocupación latente de cada uno de sus gobernados, aquejados desde hace décadas por la fuerza del más fuerte.

Desde hace ya muchos siglos, Calicles, sofista, —siglo V y IV a. C. — había sostenido que la ley es del más fuerte, la fuerza es la que impera, tal como sucede en la naturaleza, y así acontece ahora en nuestro suelo patrio, en Ucrania, y en otras zonas de conflicto que no representan ganancias para los telediarios, las redes sociales o en el imaginario colectivo.

Al fin y al cabo, la guerra también es un espectáculo y, por ello, ocupa un gran segmento en los noticieros.

El mundo estalló en protesta al ver la acción en un dramático video en el que un tanque ruso aplasta a un vehículo particular que era conducida por una persona de la tercera edad. Frente a este hecho es necesario tomar en cuenta la propaganda empleada por las partes en conflicto. Sin duda, Kiev intentará difundir el material en contra de las fuerzas rusas; en tanto que otras voces afirman que el tanque sufrió una especie de derrape y por esta causa embistió el auto que era conducido por un civil.

Aún no se define si el tanque de guerra pertenece al gobierno de Kiev o al de Moscú. La única certeza que queda son los horrores del conflicto bélico, las amenazas, la incertidumbre y los costos de la guerra; y  los que salen perdiendo, los que menos tienen, las mujeres, los ancianos y los niños.

Por el conflicto en Europa del este, el embajador ruso en la ONU ha declarado que las fuerzas ucranianas han perpetrado matanzas de civiles pro-rusos, de  haber cometido un genocidio en la región del Donbás.  Y que el gobierno ruso, con esta intervención, busca proteger  las personas que son víctimas de genocidio desde hace ocho años.

Nada justifica el uso de las armas, la muerte de las personas, la ocupación militar, la ley del más fuerte que impera frente a los más desprotegidos, los que se encuentran en una situación vulnerable.

Con la guerra y su mensaje de muerte, el silencio pusilánime  de quienes callan frente a la violencia, la tímida declaración de los países que asumen un rol de espectadores, la imperiosa necesidad de evacuar a los connacionales de la zona de conflicto, el abandono de quienes no cuentan con los medios o recursos necesarios para solicitar asilo o refugio, por todo esto, y con razón, Calicles sigue vigente. Esta es la selva, y aquí, sobrevive el más fuerte.

EN MI PAÍS.

La última nota es de Michoacán, en la comunidad de San José de Gracia, municipio de Marco Castellanos, y está dando la vuelta al mundo. Se trata de una ejecución sumaria, fusilados al menos 17 personas, otras más heridas, perpetrada por un comando armado que irrumpió en un velorio.

EL PAPA

Me uno a la súplica del Papa Francisco que insta a vivir la jornada de oración y ayuno por la paz en Ucrania […].

Afirma el Papa Francisco: “Quien hace la guerra, olvida la humanidad, no le preocupa la vida de las personas sino que antepone sus intereses y su ansia de poder. Se deja llevar por la lógica diabólica de las armas y se aleja de la gente común, que quiere la paz. La gente común es siempre la verdadera víctima de todos los conflictos, pues paga con su piel la locura de la guerra”.

Así en Ucrania como en nuestro suelo…