Tijuana, 23 de noviembre de 2021.- Casi 10 años han pasado ya desde que el señor Juan Carlos Martínez, originario del pueblo Cuatro Bancos, Guerrero, fuera deportado a México y ahora busca una nueva posibilidad para que sus dos hijas mayores, que son ciudadanas estadunidenses, puedan regresar y así ellos en familia poder tener una mejor calidad de vida para todos.
Desde hace cuatro meses llegó a Tijuana junto con su esposa, sus dos hijas mayores Geraldine y Evelyn que nacieron en Estados Unidos y cuatro hijos más nacidos en México, quienes actualmente residen en el campamento ubicado en las inmediaciones de la garita de El Chaparral.
En entrevista, el señor compartió que él ya había vivido anteriormente en el país vecino, en donde estuvo cuatro años con su esposa e hijas mayores, en donde se dedicaba a cortar árboles para posteriormente molerlos y hacer una especie de composta que se regada en campos y sembradíos de otro tipo de árboles.
Sin embargo, dice no sentirse cómodo con tanta familia y viviendo en las condiciones en las que están en El Chaparral, por lo que buscan que prontamente Estados Unidos pueda abrir sus puertas para recibir a sus hijas y a su familia.
“Es un poco incómodo estar en este lugar, ya se siente el frío y estamos esperando, pedimos al gobierno de Estados Unidos para que quite ese artículo que puso para que podamos ir, porque estamos varias familias y varios niños que están sufriendo”, dijo.
El señor Juan Carlos refirió que ellos quieren ir al país de las barras y las estrellas porque pretende darle un bienestar a la familia, debido a que aquí en México es muy poco el sueldo que recibe de los trabajaos que ha realizado y no les alcanza para mantener a todos.
“Nunca me imaginé estar en este lugar, pero por mi familia estamos echándole las ganas y, con el favor de Dios, esperamos se abran esas puertas para estar allá con la familia brindándoles una mejor vida”. Apuntó.
Con un sentido más certero el señor compartió que fue “gracias a Dios” que él ya no anda en los vicios como en algún momento lo estuvo, que ahora se dedica al cien por ciento a su familia y a trabajar honradamente; “Dios es bueno y uno quiere salir adelante para su familia”.
“Es mi sueño, una mejor vida para mis hijas, yo tengo dos que son nacidas en Estados Unidos, por eso en realidad es que voy, usted sabe que cuando los padres no están junto con los hijos no es igual, una familia desunida no es igual”, dijo observando a sus niñas.
Finalmente reiteró que ellos no están bien ahí “debajo de unas carpitas” y consideró que ahí todos quieren salir adelante. Lamentó que desafortunadamente en su país no se tengan las mismas oportunidades y reiteró que es por ello que mucha gente sale de su hogar y emigra.
“Yo allá en Guerrero vendía, pero no me alcanzaba para salir adelante, hice trabajo de albañilería y del campo, pero es muy escaso, en Estados Unidos me dedicaba a cortar árboles y me iba bien, quiero regresar para que mis hijas estén bien”, puntualizó.